La tercera vía: por un modelo de desarrollo y bien común
La economía es importante porque se traduce en condiciones materiales buenas o malas para la gente. Sin embargo, con frecuencia los modelos económicos son percibidos como ajenos o muy abstractos, por lo que resultan difíciles de comprender y asimilar.
Eso es grave, pues más allá de cuestiones teóricas o ideológicas, las políticas y dinámicas económicas tienen un impacto real en la calidad de vida de personas y sociedades.
Si queremos acabar con la pobreza y la desigualdad es fundamental observar el estudio de la economía, integrando elementos sociales, políticos, culturales y jurídicos. El estado de bienestar y el desarrollo no se obtienen por generación espontánea, sino mediante decisiones públicas e incentivos adecuados.
No obstante, en las últimas décadas ha habido una tendencia hacia la polarización en el ámbito de la economía, vinculada a la radicalización de posiciones políticas.
Los extremos parecen haber ganado la partida: por un lado, el delirio comunista que busca estatizar la producción y ha demostrado, una y otra vez, ser un rotundo fracaso; por el otro, un hípercapitalismo salvaje que no contempla límites morales, y donde la ley del más fuerte aspira a imponerse sobre cualquier cosa, en una espiral autodestructiva de ambición.
El desenlace es fatal en ambos casos: ningún experimento comunista ha conseguido ser exitoso en el tiempo -ni la antigua........
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