El nuevo oro no son los datos, es la confianza que ya hipotecamos
Durante años repetimos que “los datos son el petróleo del siglo XXI”. La frase sonaba futurista, pero hoy se queda corta. El petróleo es finito; los datos parecen infinitos. El verdadero recurso escaso es otro: la confianza. Y no porque la cuidemos, sino porque ya la hipotecamos en cada clic, cada registro, cada autorización que damos sin leer.
¿Son los datos oro solo para las empresas? La respuesta incómoda es sí. Las grandes tecnológicas, los bancos, las fintech y hasta los gobiernos han construido imperios sobre la base de información personal que entregamos a cambio de servicios gratuitos, descuentos mínimos o una falsa sensación de pertenencia. Para las personas comunes, ese valor rara vez regresa en beneficios tangibles. Seguimos vendiendo barato lo que sostiene fortunas ajenas.
¿Cuándo entendimos el valor de nuestra información? Probablemente nunca. Nos escandalizamos con filtraciones y escándalos como Cambridge Analytica, pero a la mañana siguiente volvemos a dar permisos a una app de moda o a compartir........
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