menu_open Columnists
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close

Pantano judicial, el devenir de un Poder Judicial espurio

6 1
22.02.2025

Adolfo Hitler, al suceder a Hindenburg, rápidamente concluyó que la estructura judicial era un obstáculo para el establecimiento de régimen que él había bosquejado en el libro en el que plasmó toda una ideología, que lo hacía a él, el centro y eje de un perverso culto que terminó por destruir a Alemania. Al finalizar la segunda guerra mundial, en 1945, sobrevino lo que se llamó el Juicio a los Jueces. Fue la natural consecuencia de la caída del impresentable Tribunal del Pueblo.

Ese órgano jurisdiccional, creado en 1934, operó decisiones judiciales que tuvieron como primordial objetivo acabar con los adversarios. Fue órgano jurisdiccional que sirvió más a las ambiciones políticas, que a la justicia. Los procedimientos que tramitó fueron conocidos como Juicios Farsa, ya que anulaban toda formalidad de procedimiento, atropellando los más elementales derechos de un procedimiento justo y equilibrado. Con el marco regulatorio provisto por el autócrata, nadie le ganó jamás al gobierno. La verdad política acabó con la verdad jurídica.

En México, se ha hecho abundante referencia al enorme paralelismo que existe entre el nacional socialismo y la transformación tropical. Hitler diseño lo que llamó su T4, un programa de selección que propugnaba por el exterminio de un sector de la sociedad, el cual decidió, era la causa de todos los males del pueblo alemán.

Goebbels, supo materializar la estrategia que capturó el imaginario colectivo. Si bien la narrativa empezó siendo una arenga política de bar, fue transformada en una amalgama de filosofía, religión y estrategia policiaca. El objetivo era claro, hacerse del poder, y conservarlo a toda costa, manteniendo a la población distraída de sus muy severas necesidades, así como de la muy precaria condición de la economía, concentrándose toda la atención popular en conseguir la derrota del enemigo. El doctor en filología tomó un milenario símbolo místico, el cual, se dice, invirtió, esto es, le dio un giro contrario. Al ver la cruz gamada en templos y monasterios asiáticos se aprecia que su orientación es inversa. Ese signo se conoce como svastica, término, cuya traducción más cercana al español, es bienestar.

El canciller vistió a su ejército electoral con una camisa parda, distribuyéndolo estratégicamente en el país, adquiriendo así, una permanente presencia política en el territorio. Si, fue como ponerles un chaleco guinda y mandarlos a operar permanentemente con cargo al erario.

Pero, volviendo al Tribunal del Pueblo, engrane maestro en el aparato de sometimiento nazi, debemos recordar que fue quemado hasta sus cimientos, quedando desarmado y........

© Expansión