Mercados manipulados
Manipular mercados es como jugar con cartas marcadas, todo es ganar, hasta que sorprenden a quien lo hace. Se piensa que los demás jamás se darán cuenta, y que todo está bajo control. Por alguna razón, u otra, el perverso proceder siempre termina mal. Jugar volados con la confiabilidad, a larga, suele concluir con un saldo perdedor. A veces, hasta sale el tiro por la culata, cuando alguien “más vivo”, advirtiendo lo que pasa, toma el control de la mano.
Trump ha venido tomando decisiones para subvaluar el dólar, su objetivo es ganar competitividad y forzar la creación de empleos locales, pero es evidente que ignora que en los lances monetarios hay que tener bien claro qué cartas tienen los demás. Parece que no tomó en cuenta el cuantioso monto de bonos de la Tesorería que obra en poder del gobierno chino, así como que éste tiene mucho margen para apostar. Beijing sabe que lo pierda al vender apresuradamente, se reflejará inmediatamente en el dólar, y es eso, es precisamente lo que ellos buscan, una estampida en contra del dólar que haga apetecible al REM como moneda o activo de reserva internacional.
El vaivén de los precios de las acciones, tal y como lo dijimos hace unos días, le viene bien a Trump, ya que ha puesto a sus pies a las grandes empresas que cotizan en bolsa. Sin embargo, él no ha advertido que la pérdida de valor en ellas se traduce en una apreciación de aquellas que cotizan en Asia. En el neto, el efectivo ganador es el mercado bursátil de oriente. Las cantidades que se han perdido son enormes, y, tarde o temprano, mermaran los planes de inversión, y con ello, el número de empleos. La volatilidad inevitablemente hará que el crédito se encarezca. En realidad, el plan del empresario se ha salido de control, y es probable que sus aliados busquen refugio con el contrario.
La Fed, desde su creación, ha ganado gran credibilidad, aunque ésta se vio comprometida con el lamentable episodio que vivimos en 2009, cuando bajó las tasas antes de tiempo, y la inflación se le fue de las manos. Es precisamente ese episodio, el que hoy le enfrenta con el Ejecutivo. La dura lección creó una coraza ante las presiones políticas. Ya no son sensibles a peticiones que apresuren el paso. No se trata de arriesgados jugadores de póker. Pedir a la junta que se involucre en la riesgosa aventura de la Casa Blanca fue inútil, no encontró, ni encontrará, eco en los directivos, al menos no, con la........
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