En los últimos años, el papel de los aranceles en la política económica internacional ha experimentado una importante transformación. Tradicionalmente, los aranceles se concebían como instrumentos de política comercial: barreras para gestionar importaciones, proteger industrias nacionales e influir en la dinámica del mercado. Sin embargo, en el contexto actual, los aranceles han evolucionado hasta convertirse en herramientas multifuncionales, empleadas no solo para regular el comercio, sino también para alcanzar objetivos de seguridad nacional, impulsar estrategias industriales, responder a desafíos climáticos y ejercer presión geopolítica.

Esta ampliación de funciones ha generado distintos retos. Por un lado, los aranceles pueden ofrecer protección o ventaja competitiva a corto plazo, pero por otro, incrementan los costes para empresas y consumidores, y pueden provocar disrupciones en las cadenas de suministro globales. Además, la creciente imprevisibilidad en la imposición, alcance y duración de los........

© Expansión