La Iglesia no debe cerrarle las puertas a nadie
A las 2:30 horas del lunes 21 de abril recibí un mensaje de un querido amigo, un hermano Lasallista que al paso de los años se ha convertido en eso, un hermano, David García, quien desde Roma, porque ahora tiene la encomienda de servir a su congregación en la casa generacilia de los Hermanos de La Salle en la Ciudad Eterna, me mandaba unas sencillas líneas sobre el fallecimiento del Santo Padre Francisco.
Mi reacción inmediata fue el “no inventes”. Sin duda causa un dolor especial, sobre todo para los católicos quienes amamos al Papa, pero en particular quienes hemos vivimos los pontificados de Juan Pablo II, Benedicto XVI y de Francisco.
Tres estilos distintos, cada uno inspirado por el Espíritu Santo y electo por su acción en la Iglesia, el primero un gran filósofo que nos regaló obras de espirituales de gran valor como Tiempo y Eternidad, Redemptor hominis o Cruzando el umbral de la esperanza, por mencionar algunas. Él nos dio ejemplo a los jóvenes en ese entonces de no tener miedo y abrir la puerta de Cristo de par en par. Si pudiera resumir su periodo con una virtud teológica sería la esperanza.
Benedicto XVI es el teólogo del siglo XXI, hombre adelantado a su época, de un intelecto privilegiado, quien........
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