'El meu avi'
Hay un adagio de la estética cuñada según el cual la música es el espejo espiritual más fidedigno de una época. Sería bueno que el dicho no fuera cierto o que, cuando menos, hubiera pasado de largo de esta tribu nuestra, porque en caso contrario nos dejaría bien retratados. Escribo esto días después de saber que —en el último canto de habaneras de Calella de Palafrugell— se ha prohibido la interpretación de El meu avi, religando perversamente esta pieza a la investigación del documental Murs de silenci (TV3), en el que el compositor Josep Lluís Ortega Monasterio quedaba manchado como miembro activo de una red de tráfico y explotación sexual que operó en Aragón y Catalunya de los años setenta a los noventa. Eso ha sido motivo suficiente para que la comisión artística del canto (formado por miembros de los grupos actuantes) y los concejales socialistas de Palafrugell decidieran enviar la habanera a la papelera de nuestra historia sonora.
La alcaldesa de Palafrugell, Laura Millán, se ha apresurado a decir que El meu avi solo se ha querido retirar del concierto en tanto que pieza de clausura del certamen, esquivando la evidente censura con el hecho de que los grupos podrán tocarla sin problema en los posteriores conciertos de taberna. La aclaración es importante en el caso........
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