Momento de duda y reflexión, camino hacia la renovación
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La vida es un vivir desvivido por amar y una fuente inagotable de anhelos, lo que nos demanda un espíritu pensativo, profundo y conciliador, ya que todo renace de lo alto y se regenera en comunión de pulsos. Ojalá que la tradicional visita de estos días a las tumbas de nuestros difuntos sea un momento, además de algo preciso para la deliberación interna, también dotado de respuestas, por lo que significa de peregrinación terrenal a la patria del cielo. Es, precisamente, este soplo ensimismado con la pureza de la composición lo que nos hace transitar sin temor a la muerte, manteniendo la incesante vigilancia mística que nos prepara para afrontarla con serenidad. No olvidemos que lo importante de un penitente es hacer penitencia, corregir errores y reprender actitudes. ¡Enmendarse!, en suma. Sea como fuere, a poco que nos adentremos en nuestros latidos, descubriremos que las diversas........
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