Si seguimos por donde vamos, o sea por la vía de esa frivolidad febril que ve nazis en todos los titulares de prensa, pronto serán llamados “de extrema derecha” los demócratas de izquierda. Y sin embargo, como lo reconocen los cambios en los ministerios del Gobierno, no es necesario ni sensato ir por donde vamos. Hace una semana larga, el presidente Petro declaró no solo que el fútbol nos junta, sino que prueba que el orgullo de ser colombiano sí existe, pero hace un par de días aseguró, como jurándolo por sí mismo, que nosequé medios calumniosos –los que su cruzada ve– quieren “la sangre de siempre”: podría decirse, pues, que nos unen el suspenso y la fiesta de los partidos de Colombia, y este liderazgo atrincherado y maniqueo que luego nos separa. Conforme a los criterios de
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