La lógica del balotaje es crear una mayoría que otorgue legitimidad de origen al aumentar el respaldo electoral al nuevo presidente, pero no concede legitimidad de ejercicio, lo que puede aumentar o disminuir dependiendo de su desempeño, por lo que no garantiza la gobernabilidad ni la estabilidad. Por lo tanto, la adopción de la segunda vuelta electoral, por sí misma, no consolida las bases ni los fundamentos de un régimen democrático.

La conmoción acaecida con la elección de Paz, plantea la pregunta ¿quienes votaron por él? pre supuestamente fue el alto nivel de indecisos y sobre todo el voto joven que vio en él un reemplazante de la figura de Dunn, quien reclamaba una regeneración política percibida como bloqueada por Tuto Samuel y Reyes.

Si es así, la pregunta es ¿Si el fin de la aventura eleccionaria es velar por el bien........

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