La luz al final del túnel
Opinión | Una ibicenca fuera de Ibiza
Soy de esas personas que todavía escriben cartas, que envían paquetes. A mis hijos, sobre todo. Aunque hace muchos, pero que muchos años que se afeitan. Hay cosas que no cambian... Calendarios de adviento, postales de Navidad... El último envío, hace menos de un mes, era un arranque de kit se supervivencia: un pequeño hornillo y una lámpara de alcohol, un transistor y un cargador de teléfono a pilas. Y pilas, por supuesto. Por eso, a las primeras especulaciones de un hackeo internacional, mis hijos sumaron sus sospechas de que yo habría causado el apagón aunque fuera para poder pronunciar esas tres palabras que tanto gozamos las madres: “Te lo dije”.
No fui yo, ni al parecer, un hacker. Como en todo o casi todo parece que para llegar al responsable solo hay que seguir el rastro del dinero. Y hablando de dinero y de electricidad —que no estoy diciendo que guarden relación, dios me libre— Iberdrola obtuvo en 2024 un beneficio de 5.612 millones de euros. Un 17% más que el año anterior. Moco de pavo comparados con los 1.888 millones de Endesa, que siendo menos, representaron un 154% más de beneficios que el año anterior. Qué buen ojo tuvo el........
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