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Moncho y Teófilo

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23.05.2025

22 de may de 2025, 02:29 a. m.

Actualizado el 22 de may de 2025, 02:29 a. m.

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Era menudo, de hablar pausado, vestido caqui de obrero, botines de campo y vida austera. No llevaba anillo episcopal. Decían que lo había dejado en una casa de empeño para favorecer a una familia de pobres. Caminaba por Buenaventura como un nativo más; iba hasta el fondo de las cocinas y probaba los guisos. Conocía a todos por su propio nombre y en las noches paralizaba al puerto con su programa radial ‘Buenas Noches’, en el que daba consejos para preferir las telas de algodón que se fabricaban en el país, y no las etaminas que llegaban en los barcos. Fue el primero en denunciar que ante la tala inmisericorde de los bosques del Pacífico, iban a desaparecer las maderas preciosas que llegaron a tener precio de oro: chaquiro, sajo, otobo, mangle, tangare, guacayán, chachajo, chanul. Un día amaneció obsesionado con la creación de colegios; sabía que en la educación estaba la primera clave del progreso y de la convivencia. Así, creó la Escuela de Artes y Oficios, la Industrial San José, el........

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