El poder de Petro ¿para qué?
La crisis de las democracias representativas está ligada a su propia naturaleza. El Estado de derecho reconoce las complejidades del poder, por eso lo fragmenta, le impone límites, frenos. Aquello supone transiciones lentas que en los tiempos actuales contrastan con los anhelos insatisfechos de una sociedad sumida en la inmediatez.
Por eso, van apareciendo gobernantes que rompen el Estado de derecho y se explican en la necesidad de entregar resultados a la sociedad. Y para sorpresa mía, cada vez más ciudadanos están dispuestos a ceder garantías democráticas para obtener mejoras sociales.
El caso de Colombia, sin embargo, es muy distinto. Estamos frente a un presidente que pretende arrollar el Estado de derecho, pero no lo hace para lograr algo, sino para escribirlo. Petro no es un hombre de ejecución, ni de acción. Lo suyo son las palabras, quiere echar discursos grandilocuentes y escribir leyes con las que promete un mundo mejor.........© El Nuevo Siglo Bogotá
