¿Se puede seguir creyendo en una “paz total”?
¿Asistidos de razón y sin incurrir en el pecado de deshonestidad, podrá haber quién nos haga creer que realmente espera la terminación concertada del conflicto que de antaño vive Colombia, cuando ésta constituiría para sus principales protagonistas, -los miembros de los grupos autodenominados “disidencias farc” y E.L.N.- el final de una “forma de vida”, que se ha prolongado casi por un “decalustro” o “hemisiglo”, palabras de poco uso en nuestro idioma, idóneas para designar el periodo de duración de un fenómeno que en el tiempo ha llegado a los 50 años o más?
Porque debe considerarse que para estos “usufructuarios del conflicto”, sobrevendría el tener que abandonar “una positiva experiencia vital”, en cuanto durante tan prolongado período el conflicto los transmutó de anómicos bandidos y como tal desadaptados, a miembros activos de un cohesionado grupo humano que los acogió; les dio una personalidad cierta, al punto de cambiarles hasta su nombre de pila por........© El Nuevo Día
