Robotización de la docencia
Las universidades que padecen la ansiedad de la acreditación –y que, incluso, han creado estructuras burocráticas para tal fin– idolatran al syllabus. En otras, en cambio, basta un programa indicativo del curso.
Vivimos en la época de la técnica. Ello implica muchísimo más que estar rodeado de dispositivos tecnológicos, ya sean estos tangibles o invisibles. Vivir en ella significa, en última instancia, que concebimos a la sociedad, a la vida misma y a la mente humana, como si fueran artefactos mecánicos que se rigen por una racionalidad predecible y calculable. Tanto es así que los tecnócratas suelen imaginar a los seres humanos como mecanismos estandarizados que responden mecánicamente a ciertos estímulos, que procesan insumos en determinadas unidades de tiempo y que producen ciertos resultados de acuerdo a lo planificado.
Obviamente que hay diferentes énfasis en el enfoque tecnocrático. Pero estos no alteran su esencia: el control, el cálculo, la predictibilidad y la negación de la libertad o, si se........© el mostrador
