La tiranía de la productividad
Tal vez mucho de la crisis de salud mental que estamos viviendo provenga de no cuestionar este paradigma.
Una colega preguntó recientemente: ¿Cuántas cosas deberíamos quitar de nuestras vidas para ser más productivos? Es una invitación bien intencionada: reducir lo superfluo para enfocarnos mejor. Sin embargo, lo que rara vez se cuestiona —y aquí reside el riesgo— es la propia premisa de la productividad como ideal. ¿Queremos realmente ser más productivos? ¿Vale la pena ese objetivo?
Hoy, la lógica de la productividad se ha expandido más allá del ámbito laboral, impregnando la vida cotidiana e incluso el descanso. Opera bajo una lógica instrumental: enfoca todo en un resultado final, en algo........© el mostrador
