Santa Marta: 500 años y más El corazón del mundo, de Simón Bolívar y de la paz
Santa Marta es más que una ciudad. Es rabia contenida, poesía ancestral, canto colectivo. Es nostalgia en la piel y soledad en la memoria. Es Caribe en su forma profunda: un territorio de mezcla, de duelo, de promesa y de futuro. Santa Marta no se lleva en la maleta, sino en la sangre. La llevan los que se fueron por necesidad, los que crecieron mirando el mar como horizonte y la Sierra Nevada como refugio. La llevan incluso sin querer, como se lleva una herida o un himno no terminado.
A los 500 años de su fundación, Santa Marta no se entiende en mapas coloniales ni en calendarios oficiales. Se entiende en el fogón de leña, en el acento cantado, en los barrios sin agua, en los silencios de los cerros y los manglares. Se entiende en los que no fueron invitados a la historia: los pueblos indígenas, los afrodescendientes, los migrantes, los pescadores, las mujeres barriales, los jóvenes excluidos. Santa Marta es también lo que fue borrado de........
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