Regiones sí, pero sin quebrar al país
La situación fiscal en la que recibimos el país de Petro es muy difícil. Los impuestos de renta y patrimonio son, en la práctica, casi la mitad de los ingresos del Gobierno. En 2024 aportaron cerca del 45% de los ingresos nacionales. Si esa plata deja de entrar a la Nación, el presupuesto que viene del recaudo nacional caería casi a la mitad: de $282 billones a unos $152 billones.
El déficit pasaría de 6,7% a 14,3% del PIB, alrededor de $130 billones de pesos. Del presupuesto del 2025, que son $511 billones, el faltante sería de alrededor del 25%.
Y tenemos los gastos que no se pueden aplazar y que hoy son gastos inflexibles equivalentes al 83% del presupuesto, y sin los impuestos de renta y patrimonio no tenemos cómo pagarlos.
Para pagar la deuda (más de $1000 billones), la más alta de la historia, incluso superior a la de la pandemia, requerimos alrededor de $120 billones. Pensar en asignar deuda a cada territorio tiene riesgos, que podrían terminar de afectar la calificación crediticia del país. Así que seguramente debe permanecer........





















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