Grandes glotones
Pocos refinamientos tenía la antigua Grecia; Sibaris era una excepción. La glotonería campeaba; Homero menciona el desaforado apetito de Hércules. Un célebre atleta de entonces, Milón de Crotona, fue capaz de engullir nueve kilos de carne, otro tanto de pan y beber diez litros de vino en un día, dice su biógrafo Diodoro Sículo. Las mujeres griegas competían a la par; la flautista Agale mataba el ayuno con cuatro kilos de pan y seis de carne. Otro respetable estómago era el del excéntrico emperador romano Varius Avitus Bassianus, el famoso Heliogábalo, símbolo de gula y excesos. De variados colores, sus copiosas comidas duraban todo el día; iba de casa en casa de sus compinches. Otro célebre extravagante fue el liberto Trimalción; sus caprichos llenaban los distintos comedores de su casa con platos exóticos, representando siempre los signos del zodiaco. ¿Cuáles mediciones........





















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