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Diarios Citadinos: El Papel Ciudadano

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25.03.2025

Al Gentío

«La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal…

…sino por las que se sientan a ver lo que pasa.

Albert Einstein (Nobel Física, 1921)

«Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces;

…pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos

Martin Luther King Jr. (Nobel de Paz, 1964)

«La memoria es la forma…

…en que seguimos contándonos a nosotros mismos nuestras historias

Alice Munro (Nobel Literatura, 2013)

Amanecer para cualquier mortal podría no ser tan normal. Es de mañana y me toca entre otras cosas la rutina del desayuno con el jarabe de miel, ajo y limón que incluye ir a revisar los pormenores del día. Antes, era un periódico que manchaba los dedos de tinta y el ansia, en blanco y negro, ahora es un móvil que amén de expandir las reseñas de todo el orbe, mancha de sangre el paisaje mundial, y el local, lo tiñe de rojo rojito, color de hormiga.

Luego de un desayuno frugal voy a la rutina del regar y asear el domicilio. A la edad tercera, uno es su propio mucamo, su único cómplice y un recuerdo aciago de dónde carajo se escapó el tiempo. A estas alturas es recurrente desayunar recuerdos. Recuerdo tanto a mi madre que me da espanto olvidar su influjo. Y a mi padre que ahora entiendo por qué siempre señalaba que la ancianidad es una miér-coles. Cómo no lo iba a entender. Me da cierto consuelo que papá Peppino no tenga que experimentar el presente sin futuro de hoy por estas tierras de indias, como alguna vez la llamó Colón y el criollo Pancho Herrera Luque.

A eso de las diez de la mañana me dedico a alejarme de malos ambientes. Vale decir, de casi toda la vaina. Empiezo a pensar en las viandas del día y las vainas de la jornada. Las viandas cuestan un ojo de la cara, pero las vainas, ¡esas, caray!, nos cuestan la vida. Con eso en mente voy al mercado a empezar a llevar vainas. Las vainas cuestan más de lo que tengo para poder comprar, y eso que soy de los que puedo algo y no como los de barrio que pueden nada, acaso comen una vez al día y eso apuradito y algunas otras ni comen, o dejan de comer para que sus hijos al menos llenen el buche y puedan dormir sin llorar por tener sueño con hambre, un mal aire, para un infante que se alimenta de un subdesarrollo.

Luego de sacarme la nostalgia del peto, recuerdo que soy profesor y no puedo darme el lujo de deprimirme. Tengo un buen amigo que me propuso no derrotarme a mí mismo. ¡Que te derrote otro!, me dijo. Desde entonces mi gran poder es saber que un lujo es, tener una vida, comer los tres golpes al día y poseer una familia educada que te ame y te atienda.

Precoz nos alcanza el mediodía. El mediodía, en los trópicos, juega el rol de perverso por dos razones elementales, una, el........

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