Sor Juana Inés de la Cruz era de piel morena
Existe un aspecto que apenas y muy de pasada sí menciona Octavio Paz en su grandiosa obra Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe, página 603. Tiene que ver con el color de la piel de la religiosa novohispana: ella era criolla y morena, es decir que por sus venas corría sangre vasca española y sangre aborigen azteca o de cualquier otro pueblo de la antigua Mesoamérica. Veamos cómo lo dice apenas y muy de pasada Octavio Paz: “Pero la pobre sor Juana, lejos de ser ese tipo ideal de madre y de esposa aria, era morena e intersexual.” (Destacado nuestro).
No era ella en consecuencia caucásica, tal como se diría en el siglo XVIII. Un crítico de sor Juana Inés del siglo pasado, el hispanista germano Ludwig Pfandl (1881-1942), la mujer ideal es la pícnica, rubia y de formas muelles y redondas, fácil paridora y satisfecha de ser inteligente.”, descripción supremacista protonazi en la cual no cuadraba la poetisa mexicana sor Juana.
Todos los continentes son mestizos, es un rasgo universal, afirma el uruguayo Arturo Ardao (Nuestra América Latina, p.145) Se trata de la nueva realidad mestiza del continente bajo dominación hispano-lusa que no fue posible realizar en la América anglo sajona protestante ni en la India bajo dominación británica. Esta mezcla racial que hoy nos enorgullece y distingue fue anatematizada en el siglo XIX por Arthur........
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