Explosión cultural en Lara
Carora vivía una sacudida artística sin precedentes, la música, el arte, la poesía y la literatura estaban rompiendo un cascarón secular bajo el empuje de un hombre que llegó para eternizarse en la memoria colectiva, Juan Martínez Herrera, quien en compañía de Domingo Perera Riera y con la asesoría musical de Pedro José Zaspe y Eduardo Izcaray Muñoz, colocaron a esta ciudad como una referencia del canto polifónico a nivel nacional.
Y mientras los caroreños vivíamos este torbellino cultural apoyado por un auge ganadero soportado por el éxito en la cría de bovinos tipo Carora, en El Tocuyo también se vivía un despertar folclórico dentro del cual los hermanos Colmenares Peraza, José Rafael y Crispiniano, apuntalados en la fuerza económica de un Central Azucarero jugaron un papel estelar en el rescate y promoción nacional e internacional del Tamunangue.
Similares experiencias en torno al hecho cultural se vivían en los otros Distritos Larenses (así se denominaban en aquel entonces los Municipios), prohijada toda esta efervescencia por la estabilidad de un país que tenía varios años creciendo al 3 o 4 por ciento según indicaba su PIB, con una inflación de apenas un dígito bajo, con un dólar a 4,30 y tasas de interés estables donde las activas no superaban el 12 por ciento y las pasivas se colocaban entre el 4 y el 6 por ciento.
Por su parte la democracia también mostraba signos de equilibrio y pluralidad ante la mengua casi absoluta de los movimientos guerrilleros.........
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