Crónicas de Facundo: Los carteles y el terrorismo no tienen soberanía
Quienes nos dedicamos al estudio o la enseñanza del Derecho internacional nos es fácil entender que los Estados – no sus gobiernos, pues estos pasan y aquellos permanecen – son sus sujetos por excelencia. Al mismo deben someterse en sus relaciones, guiándose por las reglas de la reciprocidad y el respeto mutuo, el cumplimiento de buena fe de lo que pactan, la cooperación, la reserva de los asuntos propios o internos y la obligación de cada uno, por consiguiente, de no invadir la esfera soberana del otro, interviniéndolo. Eso es lo más básico, como predicado.
Sin embargo, se olvida ahora como ayer que, tras la segunda gran guerra del siglo XX, una vez ocurrido el Holocausto que algunos desmemoriados niegan por sus enconos biliares contra Israel, ningún Estado ni su gobierno puede abroquelarse tras los principios de soberanía y No-Intervención cuando conculca y arbitrariamente irrespeta derechos humanos. Eso hacen los cárteles y quienes los protegen. O para hacerle la guerra o no a otro Estado, así sea en legítima defensa, sin consideración de sus víctimas no beligerantes.
A partir de 1945, consagrada como norma de orden público internacional la tutela y garantía universal de los derechos humanos el Derecho internacional, por consiguiente, reconoce al individuo como sujeto de su ordenamiento, para protegerlo o para castigarlo, en paridad a cada Estado. Por lo mismo, dejaron de ser cuestiones internas o exclusivas del Estado el asunto de los derechos humanos y de quienes los amenazan.
Tal cuestión la entienden, sobre todo, las víctimas, como las venezolanas. Sus victimarios son señalados y perseguidos hoy como........
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