menu_open Columnists
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close

Del Guaire al Turbio: Más allá de la verdad

4 0
20.03.2025

(Aclaro que sufrí un lapsus linguae, un lapsus calami o simplemente un lapsus senil, cuando, en mi artículo anterior, me referí a la obra de Julio Verne, “Las indias negras” y escribí “islas”).

Siempre fui una enamorada de la verdad, sobre todo desde mi edad adulta, reforzándose este enamoramiento durante la madurez y la vejez. Mi nombre en griego se escribe Aletheia y significa verdad, amor a ella. No me atrevo a asegurar que no mentí en mi niñez, porque los niños siempre dicen sus mentirijillas para salvarse de reprimendas de los mayores. No recuerdo haber sido una niña diferente a otras, pero tampoco me viene a la memoria -a pesar de que la tengo aún muy buena- un episodio en el cual se me haya escapado una mentira. En cambio, en mi adolescencia o temprana juventud, se me hace presente uno, el único, que todavía me duele: le dije a papá que sí había tomado un taxi, como me recomendó tomar a la salida de un espectáculo taurino. Cuando me preguntó al regreso le dije que sí. No duró ni diez minutos mi torpe embuste, comencé a llorar y volví a su escritorio para decirle la verdad.

Pero no crean que este amor a la verdad sea siempre una virtud, en mí tiene mucho de comodidad: la verdad es una, la dices y ya está. La mentira es el eslabón de una cadena y de repente te ves enrollada en ella. Si te quitas años de edad tienes que estar pendiente de tiempos de escolaridad, fechas de graduación, compañeros de........

© El Impulso