En la triste majestad de la tumba donde reina el silencio y se impone el dolor, reposan los restos mortales de mi ahijado Rafael Gutiérrez Álvarez quien le entregó su alma al Divino Creador marchándose para siempre de esta vida terrenal ingresando a la soledad del sepulcro para iniciar desde allí su peregrinar por los brillantes caminos del cielo y encontrarse con Nuestro Adorado Divino Dios. Las almas de las personas buenas, nobles y generosas están en las manos de Dios y ningún tormento y sufrimiento podrá alcanzarlas porque en el cielo no existe el dolor ni el sufrimiento ni las despedidas sino un reencuentro con la incólume alegría por la presencia de Dios y de Nuestra Santísima Madre la Inmaculada Virgen María. Rafael Gutiérrez Álvarez vino a este mundo en «el tren de la vida» el día que su adorada madre Yasmine Álvarez de Gutierrez lo parió, , pero estaba escrito con letras de oro en las páginas doradas de «El Libro de la Vida» que el día 11 de Abril de 2025 tenía que marcharse para siempre en ese mismo «tren» porque Dios lo necesitaba a su lado para dibujar un lindo amanecer y adornar el cielo con su presencia.

Ahora la morada de Rafael........

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