El rezago del Cortissoz
Llevaba un buen rato sin pasar como pasajero por nuestro aeropuerto. La experiencia resultó decepcionante, pues no pude observar un avance significativo en su proceso de mejora con respecto a la última vez que lo utilicé. Persistió la impresión de desorden y descuido. Además del calor, que parece haberse vuelto inevitable, el proceso de inmigración y recibo de equipaje es de los más precarios que he podido experimentar: se lleva a cabo en espacios reducidos, con poca altura y sin el acondicionamiento debido. Una pobre imagen que no le hace justicia a la ciudad.
Tampoco es que se pida mucho. El tráfico aéreo de Barranquilla no es tan relevante, alcanzando apenas algo........
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