La rarita
He insistido en diferentes columnas en hablar en primera persona, en dedicarnos más tiempo a nuestras vidas que a activar el opinometro para meternos en la vida ajena. También se que hay suficientes temas políticos, económicos o sociales altamente críticos de los cuales, podría hablar. Sin embargo, prometo hablar de dichos temas en próximas semanas, porque hoy he decidido hablar de mí con intención de hacer pedagogía.
Hablaré de la rarita ochentera que naciendo en un lugar culturalmente activo, de amplios escenarios de jolgorio y carnavales, prefería la lectura, la soledad y el más mínimo contacto físico con las personas.
La rarita que se salvó con la poesía, la declamación, el deporte y los monólogos (amplificados) sobre ocurrencias atípicas para una mente infantil que no alcanzaba los 10 años, desde siempre sospeché que yo tenía algo diferente, fui creciendo y haciéndome más consciente de ello, entonces escogía........
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