El infarto del terror
La última advertencia de Irma Hernández Cruz fue grabada con un arma apuntando a la nuca. âCon la Mafia Veracruzana no se juegaâ, dijo, arrodillada, esposada, con la vida contada. Lo dijo porque no quiso pagar extorsión. Porque se resistió a la normalidad del miedo. Lo dijo no sólo por ella, sino por todos los que -como ella-, trabajan en las calles y están literalmente solos.
Irma era maestra jubilada. También taxista veracruzana, en un estado donde el crimen organiza y el gobierno observa. La secuestraron, la obligaron a leer una amenaza, la abandonaron. La encontraron muerta seis dÃas después. No fue la policÃa estatal ni el gobierno de RocÃo Nahle quien la localizó: fue el........
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