Dismorfia financiera: el espejismo del dinero
Ves a un amigo cercano viviendo su “mejor vida”: viajes exóticos, cenas en restaurantes de lujo, compras sin parar… pero sabes que está endeudado. Y te preguntas: ¿qué estará pensando?, ¿cómo va a pagar todo eso? Esa desconexión entre lo que alguien aparenta y su verdadera situación financiera tiene un nombre: dismorfia financiera.
Como ocurre con la dismorfia corporal, se trata de una distorsión en la percepción: en este caso, sobre nuestra capacidad económica. Quien la sufre cree que puede permitirse un nivel de vida que no está respaldado por sus ingresos reales. Esta percepción alterada nos lleva a tomar decisiones que comprometen nuestra estabilidad y bienestar.
Las redes sociales alimentan este fenómeno al mostrarnos constantemente cómo deberíamos vivir. Influencers y algoritmos construyen una narrativa aspiracional en la que consumir es pertenecer, y gastar es avanzar. Pero ese ideal tiene un precio alto: ansiedad, culpa y deuda.
Desde las finanzas conductuales, entendemos la dismorfia financiera como un sesgo cognitivo........
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