Los Acuerdos de Paz y la dramaturgia del fracaso
Gonzalo Hugo Vallejo Arcila
Se estima que la implementación de los Acuerdos de Paz entre el Gobierno y las FARC–ELN, a lo largo de 10 años (2016–2026), le costará a la nación colombiana alrededor de 100 billones de pesos. Este intrincado, controvertido, fallido y oneroso proceso pacifista se ha visto enrarecido por el singular y estéril debate desatado entre connotados humanistas, historiadores de librea y juristas de toda laya y por las fatuas y demagógicas posturas de gobernantes mediocres y ególatras; políticos excéntricos y oportunistas; burócratas fatuos y sabiohondos. Por la pasarela tropicalista de la amnesia, el desatino y el cretinismo colectivos, han hecho su desfile rutilante e impúdico, modismos y expresiones que se han convertido en clichés que pasarán a formar parte de ese glosario mentiroso y populista de nuestra historiografía patria. Justicia transicional y restaurativa; memoria institucional, histórica y colectiva; seguridad jurídica y diálogos de paz; crímenes de guerra e indultos; armisticios y dejaciones de armas…
Desmovilizaciones y zonas de concentración o despeje; derechos y deberes humanos de enésimas generaciones; verdad, justicia y reparación integral; reconciliación, perdón y olvido. Con la Cátedra de la Paz establecida por la Ley 1732 de 2014 y el Decreto 1038 de 2015, asumimos desde la Secretaría de Educación Municipal de Pereira, la coordinación de esta actividad. Publicamos un libro (“Las voces de la Otredad”, 2016) y le pusimos un subtítulo a través del cual argumentábamos la necesidad de ir más allá de un peligroso “enroque terminológico”. En lugar de hablar de “Pedagogía de Paz y Cultura de Conflicto”, deberíamos de haber hablado de “Pedagogía del Conflicto y Cultura de Paz”. La justificación es clara y concreta: si no nos reconocemos y aceptamos en el conflicto, no podremos acceder a una cultura de paz duradera. Fue cuando se avizoró el trágico final…
Se oteaba el luctuoso y genocida desenlace que........
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