EL RESULTADO DE UN ECO DE VIOLENCIA PERSISTENTE, UN LLAMADO A LA PAZ
«Dense cuenta ahora de que yo soy el único Dios! Solo yo sano las heridas; ¡solo yo doy la vida, y solo yo puedo quitarla! ¡De mí no se escapa nadie!» DTN 32:39.
La violencia sigue golpeando a Colombia, el reciente suceso es un atentado directo contra nuestra ya frágil democracia, Miguel Uribe Turbay hijo de esta tierra colombiana, es un reflejo del dolor que resuena en millones de colombianos; su madre, Diana Turbay fue asesinada en una época oscura del país, por manos criminales y que tristemente hoy está resurgiendo, la imagen de un Miguel de apenas 5 años, enfrentando la orfandad materna, golpea el alma.
¿Quién puede ser indiferente ante el sufrimiento de un niño que pierde a su madre tan cruelmente?, este es un recuerdo que nos obliga a reflexionar sobre el valor incalculable de la vida, un don supremo que no debe ser coartado por ideologías, rencillas o fanatismos políticos, enfermizos y esquizofrénicos. En un país polarizado, es imperativo recordar que, más allá de las posturas, todos somos seres........
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