Turismo depredador
Viajar por placer fue hasta la segunda Guerra Mundial una actividad reservada a la burguesía y a la aristocracia. Cruzar los océanos en barco era una aventura descomunal a la que muy pocos se atrevían y cuyo costo era inalcanzable para la mayoría de los seres humanos. El avión lo cambió todo. Millones de personas abandonaron sus sitios de residencia afanados por conocer otros países y costumbres, abandonar el frío del invierno o incluso buscar nuevos mercados y oportunidades. Nació entonces la formidable industria del turismo que rápidamente ha subyugado el comportamiento social, incitándolo a una desaforada conducta viajera, al lujo y al despilfarro. Viajar es sin duda uno de los grandes placeres de la vida, enriquece el espíritu, ayuda a valorar la diversidad y la diferencia y a comprender que lo nuestro no es lo mejor del mundo. Por esta razón más de 1.500 millones de personas hicieron turismo internacional en el 2024 y más de la mitad de........
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