Andrés Yamit Carrillo Mendoza

La vulnerabilidad humana es una realidad seria. Hemos celebrado la fiesta de la epifanía. Los reyes magos salieron de sus tronos, de su estabilidad y partieron en busca del rey salvador. Sin embargo, impresiona la salida, el dejar la comodidad de sus palacios para ir en medio del desierto, poniéndose vulnerables en el viaje y siendo guiados por la estrella. Esto me hace recordar la oración de los jóvenes, en unos campamentos, que dice: Señor, cuando me arreglo rómpeme.

La humildad es uno de los caminos que nos lleva a buscar la estrella, es decir, a buscar a Dios. Si no tuviéramos una actitud humilde no la buscaríamos. Si no nos descubriéramos vulnerables no lo haríamos. Podemos acercarnos a Dios constantemente, pero de vez en cuando le miramos porque nos sentimos tan seguros de nosotros que pensamos que no necesitamos seguirlo y no dejamos que nos ilumine.

Muchas veces me he equivocado y me he dado cuenta que es porque no he visto la estrella. Por eso, cuando alguien se me acerca para que lo escuche con sus ojos llorosos o con dolor en el corazón por haber pecado o porque las cosas no le salen bien, les consuelo y los veo reconfortados cuando ven la luz de la estrella, es decir, cuando Dios ilumina sus vidas. Ellos se quieren ir........

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