Dile al tonto que es forzudo
Cuando Trump y su vicepresidente acorralaron y agredieron a Zelensky en el salón oval el mundo quedó en shock, por el contenido, por la puesta en escena y porque aprendimos en un par de minutos hasta dónde se puede llegar cuando se ignoran los límites de la razón y los vilipendiados modales.
El presidente ucraniano salió aturdido y su liderazgo hecho polvo. Se sucedieron de urgencia una cumbre europea para ver cómo parar la hemorragia y múltiples opiniones expertas de cómo tratar al bueno de Donald para que “perdonara” a Zelensky. Hubo consenso: había que reparar su ego, porque nadie sale ganando cuando se le contradice. Dicho y hecho, el ucraniano al poco andar debió supeditar su dignidad al bien superior de la paz, y se puso al servicio y alabó el “fuerte........
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