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Dime a quién visitas y te diré qué político eres

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Toda la semana pasada los bolivianos tuvimos un déjà vu histórico: vimos a un presidente electo viajando al norte, no para tomarse fotos con dictadores caribeños ni para recitarle poemas a Maduro, sino para reunirse —escuchen bien— con señores que usan corbata, calculadora y cerebro. Sí, con el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el BID y, como si fuera poco, con funcionarios del mismísimo gobierno de los Estados Unidos.

Y mientras unos en las redes gritaban “¡vendepatria!”, otros —los que todavía usamos la cabeza— vimos algo que no pasaba hace casi dos décadas: Bolivia volviendo a hablar el idioma del mundo civilizado.

¿Qué son esos monstruos de tres letras que tanto asustan a los socialistas?, se preguntan los ciudadanos de a pie, ya que nadie tiene la paciencia de explicarles.

El Banco Mundial (BM) no es una lavandería de dinero, como algunos creen, ni un banco donde uno va con su cédula a pedir un crédito. Es un organismo internacional que presta plata, sí, pero con un detalle: quiere saber para qué la vas a usar. Si decís que es para construir carreteras, no podés terminar haciendo canchas de pasto sintético ni monumentos a la nada.

El Fondo Monetario Internacional (FMI), ese que Evo juraba que nos tenía de........

© El Día