Los falsos valores
Los cuatro inquilinos de Barbadillo tienen algo en común. En algún momento de sus carreras políticas, todos ellos enarbolaron la bandera de la lucha anticorrupción. Trazaron una línea imaginaria en la que al otro lado se encontraban los malos, los corruptos. Ellos encarnaban el cambio, la decencia, la honestidad. Ellos estaban en el lado correcto de la historia. La vieja lucha del bien contra el mal llevada a la escena local en discursos en plazas públicas, en redes sociales, en medios de........© El Comercio
