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La elección de los papas

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04.05.2025

La elección de los papas concita tanta atención como la del presidente de la primera potencia mundial. El papa, para los católicos, es el sucesor de Pedro, obispo de Roma y pontífice entre el pueblo y Dios. Para los ateos y no familiarizados con los asuntos religiosos, se trata solo de la elección del monarca de Ciudad del Vaticano, el estado más pequeño del mundo, que no tiene ejército, pero sí una gran influencia en más de la mitad del globo por la presencia de su clero y de sus fieles.

El reglamento que fija los procedimientos de la elección, están contenidos en el documento “Universi Dominici Gregis” escrito en latín, un idioma “muerto” que es la lengua oficial del Vaticano. No hay un jurado electoral ante el cual se puedan inscribir los candidatos, ni tampoco un período de “campaña” para obtener los votos. Tratando de compararla con las elecciones de los Estados laicos, esta es una elección indirecta, pues solo votan los cardenales habilitados y no los feligreses.

Este documento fija que el “padrón” de electores o electores habilitados es el de los cardenales menores de 80 años. Y aunque hay más de 250 cardenales, solo 135 están habilitados para elegir al papa o ser elegidos, aunque parece que dos están con graves problemas de salud. Para entronizarlo la regla fija que son necesarios los votos conformes de dos tercios de los cardenales, que esta vez deben sumar 90.

Normalmente en todos los estados, la elección de los gobernantes o de los representantes que elegirán a los gobernantes se realiza en una jornada. La excepción es la India, donde las elecciones duran dos semanas. A ella se parece la elección del papa, en cuanto a su posible duración, aunque ha habido elecciones que sólo duraron un día o dos y una que duró cerca de tres años en 1271.

El cargo del papa es vitalicio (como el del presidente de Corea del Norte y de algunos emires árabes), esto es, dura toda la vida del elegido; salvo en caso de renuncia, como la del alemán Benedicto XVI, cosa que no ocurría desde hacía siete siglos.

Como en las democracias, el voto de los electores........

© El Búho