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Abades invita a todos a sus fiestas patronales

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28.08.2025

En Abades saben recordarle al mundo que están muy vivos. Basta echar un vistazo al programa de sus fiestas en honor a la Virgen de los Remedios para comprobar que aquí lo importante es la cerveza fría, la charanga a todo volumen y la fe, inquebrantable, en que la caldereta del lunes será capaz de resucitar a cualquiera que haya sobrevivido a las verbenas previas. La cosa empieza como debe empezar toda batalla festiva: con un concurso de cerveza a media tarde, cuando el sol todavía calienta las piedras del Caño Viejo y el aire huele a expectativas. No es un detalle menor, en Castilla las guerras, las reconquistas y las fiestas se han ganado siempre con buen vino, pero en verano, la cerveza merece su espacio. Después viene la concentración de peñas, que es como ver desfilar a una infantería ligera de camisetas de colores, cada cual con su lema, su charanga y sus ganas de hacer del pueblo un pequeño campo de Austerlitz donde la música sustituye a los cañones. Y de ahí al pregón, con reina, rey, dama y mozo: una monarquía breve, efímera, pero necesaria para dar un barniz solemne al caos alegre que se avecina.

Tras el protocolo, llega la liturgia profana: huevos fritos con chorizo y lomo en La Panera. Nadie en su sano juicio discutiría que este menú es el verdadero patrimonio inmaterial de Castilla. A medianoche, verbena con orquesta y, entre medias, bingo y discomóvil hasta que el cuerpo se rinda. El primer día, en Abades, es un aviso: esto no es un juego de niños, aquí se viene a resistir.

El sábado, para despistar, arranca con parque infantil y feria de artesanía. A la hora de comer, la paella congrega a todos en torno a las cucharas, y de ahí, sin apenas tregua, se pasa a la gincana de peñas y al baño de espuma. La tarde termina con la ofrenda de flores a la patrona, porque en Abades lo sagrado y lo profano van de la mano, como en toda España que se precie. Y ya por la noche, verbena de las de antes, con Pikante a los mandos, hasta que la madrugada obliga a los últimos héroes a recogerse.

El domingo cambia el paso: misa solemne, paloteos y procesión con la Virgen de los Remedios. Las calles se llenan de devotos, de música y de solemnidad, recordándole a todos que las fiestas........

© El Adelantado