Un ludópata a fondo perdido
Un ludópata nunca apostaría a fondo perdido. No así Juan de Castilla, que porfió con un prenda a sabiendas de que dispensaba habitaciones en el sanatorio de toreros. Un toro sin expresión, pero duro y de peligro inminente. No tardó en cazar al colombiano, que se disparó hacia él como un resorte. Las dos guadañas del ejemplar de Dolores Aguirre agitaron la herida hasta el punto en que De Castilla recibió una cornada de 15 centímetros en la espalda y un puntazo en el pene. Ni se miró. Se puso un pantalón para tapar la abertura de la taleguilla y continuó firme ante un descompuesto, manso y bronco animal. Mérito del diestro de Medellín, que despachó con un solvente volapié para dar una reconocida vuelta al ruedo y después pasar a la Enfermería y tener que ser intervenido.
Momento de la cogida a Juan de Castilla. / PLAZA 1Con puntos en el pene y con la espalda abierta, De Castilla salió de las inmediaciones de los servicios médicos y se fue a........
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