La sombra de Hiroshima, 80 años después
Por: Juanita Tovar Sandino
Hoy se cumplen ochenta años de uno de los episodios más brutales y trascendentales en la historia de la humanidad: el lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima. El 6 de agosto de 1945, el mundo presenció un horror sin precedentes. Una sola explosión redujo la ciudad a escombros, apagó la vida de decenas de miles de personas en un instante —sin distinción de edad o género— y condenó a muchas más a una agonía prolongada por los efectos de la radiación. Tres días después, Nagasaki sufrió una devastación similar. El entonces presidente de Estados Unidos, Harry Truman, ante un Japón que resistía pese a la caída de Mussolini en abril y de Hitler en mayo de ese mismo año, defendió la decisión como el mal menor para evitar una invasión terrestre que, según cálculos militares, habría costado cientos de miles de vidas, tanto de soldados aliados como de civiles japoneses.
Más allá de las justificaciones estratégicas o los dilemas éticos, lo indiscutible es que, aquel día, la humanidad cruzó un umbral irreversible: la capacidad de autodestrucción quedó grabada para siempre en nuestro ADN colectivo. La Segunda Guerra Mundial llegó a su fin, pero dio paso a otra guerra más insidiosa: la del miedo. La bomba atómica no solo selló el conflicto más sangriento de la historia, sino que inauguró una era de terror permanente. Durante la Guerra Fría, la sombra........
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