Cuando el futbol es poesía
Por: Gerardo Aldana García
Acaso no es una poesía el cortejo del delantero que al balón seduce y subyuga dócil, bien cuando dosifica el delicado roce de su empeine para ubicar con precisión el pase de gol; o bien cuando el arquero que, sin siquiera pensarlo, despide su brazo grácil y elongable, torciendo el destino de la esfera que ya saboreaba el beso de la red. Vaya deporte tan excepcional, el futbol es. Pintura de constantes movimientos sobre un lienzo verde que ya es polícromo, acaso por los finos uniformes de atletas ansiosos del triunfo, quienes a cada instante conjugan la fuerza de sus músculos y la inteligencia de una mente original; si, esa que en centésimas de segundos cede plástica su raciocinio a la inusitada y certera intuición que los lleva a orquestar música de movimientos sonantes, con ritmo, ahora de triángulos o de hexágonos, tras la conquista del arco contrario.
Este futbol parece que hubiese llegado de otro mundo. Vaya lenguaje tan universal que, ya sean blancos, negros o amarillos; musulmanes, cristianos, budistas, gnósticos o judíos; todos lo parlan y lo comprenden. De hecho, es tan extraño este idioma que tiene la capacidad de subir a todo el mundo en una........
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