Joaquín Sabina, cantante: Pongamos que hablo de Joaquín
Opinión | Miel, limón & vinagre
Pongamos que hablo de Joaquín / Rodrigo Jiménez / Efe
Hola y adiós. Joaquín Sabina dice que hasta aquí ha llegado y que se despide de los escenarios con una última gira. Guarden las entradas o hagan pantallazos al móvil: serán reliquias. Recuerdos de una despedida de quien se ha pasado media vida contando y recontando los placeres y pesares de la vida urbana entre rimas y veras. Sabina es ese recolector de colillas que agonizan de madrugada cuando los peces de hielo se desvanecen en un whisky on the rocks mientras él pellizca cicatrices rasgando voz y guitarra.
Nacido en Úbeda en 1949, Sabina llegó en los 80 a ser altavoz de una urbi et orbi con himnos como Pongamos que hablo de Madrid y Calle Melancolía. Una guía de versos callejeros donde el amor y el humor riman a flor de hiel. Sabina pertenece a esa estirpe deslenguada de artistas que se inspiran en la vida a la intemperie para explicarse a sí mismos y descifrar a los demás en viajes que duran 19 días y 500 noches (1999) y consumiendo Vinagre y rosas (2009) para paladares exigentes que no se conforman con estribillos de andar por........
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