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ESCUQUE, SU PARROQUIA ECLESIÁSTICA Y EL OBISPO MARTÍ, 305 AÑOS DE HISTORIA | Por:  Juan Carlos Barreto Balza*

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10.11.2025

Por: Juan Carlos Barreto Balza*

*Cronista del Municipio Escuque

En el ancestral Escuque, luego del férreo proceso de conquista, transcurridos 50 años, desde 1560 hasta 1610, fueron los años de inicio para el adoctrinamiento y la catequesis en la religión traída por los españoles, le correspondió la responsabilidad a varias congregaciones religiosas, entre ellas Los Agustinos, Mercedarios, Jesuitas, Dominicos, entre otros; el objetivo era convertir en la religión católica a los naturales, sin embargo faltaba algo, una imagen a la cual venerar, que se erigiera en centro de la religión católica en el poblado y que a su vez sustituyera en forma definitiva las deidades a las cuales les rendían culto nuestros aborígenes.

Por tal razón la pequeña imagen de un hermoso niño traída por la familia Guánchez y Cerrada ocasionó un gran impacto entre los pocos habitantes de aquel Escuque que se iniciaba en su vida colonial.

La imagen del niño, obra de un tallista sevillano, impactó a los habitantes del pueblo indo – hispano, quienes implorando a la familia española propietaria de la esfinge les permitiera un contacto más cercano con tan hermosa pieza, comienzan a buscar un sitio especial donde venerarlo; la leve sonrisa de la imagen cautivó de inmediato a los habitantes del pequeño pueblo, a tal punto que al marcharse la familia Guánchez y Cerrada, palpando el amor prodigado a su niño, y en un gesto de extremo desprendimiento, deciden dejarlo y continuar su camino, quedando así para siempre sembrado en el pueblo y en el corazón de infinidad de generaciones el eterno patrón de Escuque.

La fama del Santo Niño fue corriendo de boca en boca, a Escuque comenzaban a llegar personas de todas partes de la región a conocer la milagrosa imagen, la cual inicialmente albergaron en un espacio techado de palmas y acondicionado para cumplir las funciones de capilla, esto ocurrió para el año de 1622, convirtiéndose pues en el primer sitio de veneración pública para el niño propiedad ya de los escuqueños.

Con el tiempo la devoción al Niño Jesús se iba acrecentando, se le atribuían infinidad de milagros y favores en beneficio de sus devotos, era un amor que se arraigaba en lo más profundo de los habitantes, precisamente en un momento en el cual el adoctrinamiento y la catequesis alcanzaban un momento importante en la formación religiosa de la escasa población aborigen.

Según la distribución doctrinal realizada por el Obispo Fray Antonio de Alcega precisamente para el año de 1610, año en que llega la imagen del Niño Jesús, éste le asigna al pueblo de Escuque una población aproximada de 200 aborígenes.

El pequeño espacio construido al principio se fue haciendo insuficiente, por lo tanto era necesaria la construcción de otra capilla más amplia para dedicarla al Santo Niño, por tal razón, para 1630 se tienen noticias de otra capilla, también techada de palmas y construida sobre horcones y paredes de barro cocido, convirtiéndose este en el segundo sitio de veneración para la sagrada imagen. Esta capilla daría paso para el año 1650 al primer templo dedicado al Dulce Nombre de Jesús.

Todo el pueblo trabajó durante muchos años, el sudor aborigen se confundió con el sudor español, poco a poco se fueron levantando los sólidos muros y los fuertes maderos del que sería........

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