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Mundo desigual, injusto e inhumano | Por: Antonio Pérez Esclarín

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25.08.2025

Por: Antonio Pérez Esclarín (pesclarin@gmail.com)

@antonioperezesclarin www.antonioperezesclarin.com

Hoy la ética se ha reducido a dos principios: Todo vale y Solo vale: Todo vale si me produce poder, dinero, prestigio o placer y Solo vale lo que me produce dinero, poder, prestigio o placer. Si todo vale, nada vale o todo vale por igual. Valores y antivalores se confunden. El fin justifica los medios: Por ello, proliferan las economías subterráneas: corrupción, delincuencia, especulación, prostitución, pornografía, tráfico de drogas, de armas, de medicinas, de órganos, de personas…y el mundo es cada vez más desigual, más injusto y más inhumano.

El 10 de diciembre de 1948, cuando el mundo se asomaba estremecido al horror de los campos de exterminio nazi y de la barbarie de la Segunda Guerra Mundial que ocasionó unos 50 millones de muertos, exterminó a seis millones de judíos y gitanos, dejó ciudades enteras convertidas en escombros y nos asomó al poder destructor de las armas nucleares, un centenar de países reunidos en París, con la intención de impedir nuevas guerras y lograr un mundo más humano, firmaron la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Todos los seres humanos nacen libres y son iguales en dignidad y derechos”. Hoy, después de 77 años de aquella firma solemne, abundan las guerras, se asoma la posibilidad de un holocausto universal, y el mundo es más desigual, injusto y discriminador que nunca. El inmenso poder creador de los seres humanos no está al servicio de la vida ni de la convivencia. Por eso, a pesar de tanto desarrollo científico y tecnológico, la vida gime herida de muerte y el mundo resulta para las mayorías cada vez más inhumano y más cruel. De la salvación por la fe, pasamos a la salvación por la ciencia y el progreso, y en nuestros tiempos de incertidumbre, postverdad, desencanto, violencia e individualismo puro y crudo, pareciera que estamos entrando en el “sálvese el que pueda”. Impera el darwinismo social, es decir la sobrevivencia de los más fuertes, mejor dotados, con mayor capacidad de adaptación o más inmorales. Del “amaos los unos a los otros” de Jesús, hemos pasado al “Armaos los unos contra los otros” De conquistar la tierra hemos pasado a destruirla y, de seguir así, a destruirnos nosotros con ella. Algunos presagian que nuestra civilización acabará suicidándose. Observadores como C.S. Lewis destacan que cada nuevo poder que logra el hombre se convierte en “poder sobre el hombre”, y que la conquista final del hombre moderno será la “abolición del hombre”. Otros como Birch nos advierten que la tecnología actual en manos de un hombre que no sabe........

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