Involución democrática
Como sucedió en otra etapa histórica no tan lejana, hace menos de un siglo, con consecuencias terribles para la humanidad, el mundo se está ultra derechizando. En América, formaciones y dirigentes de la extrema derecha gobiernan en Estados Unidos, Argentina o El Salvador. Y, en el seno de la Unión Europea, lo hacen, de momento, en Italia y en Hungría, formando parte de los gobiernos en otros varios estados y manteniendo una presencia parlamentaria al alza en la mayoría de ellos, como vimos recientemente en las elecciones portuguesas. Como reflejaron las elecciones europeas del pasado año y, asimismo, las recientes citas electorales en Polonia y en Rumanía. Además, buena parte de sus discursos y planteamientos están siendo asimilados por las derechas tradicionales con las que comparten ya numerosos ejecutivos.
Es cierto que se trata de grupos heterogéneos. Pero que comparten muchos elementos comunes, como su rechazo a la inmigración y sus posturas xenófobas, así como la defensa de políticas que buscan disminuir el papel del estado y suponen la entrega absoluta a los valores e intereses de los mercados. Beneficiando a los ultra ricos y perjudicando claramente a la mayoría de la sociedad y, especialmente, a sus sectores más vulnerables.
Con consecuencias como supresión de programas sociales, despidos masivos de funcionarios públicos, ataques a las universidades y a los medios de comunicación críticos, persecución y expulsión de personas inmigrantes… en definitiva, el intento de acabar con el estado social y de bienestar, arremetiendo contra las conquistas sociales y, también, intentando arrasar con las libertades y el respeto a los derechos humanos.
Cooperación internacional
Y, también, afectando gravemente al plano exterior, como sucede en el ámbito de la cooperación internacional. Según revela un reciente informe del Instituto de Salud Global de Barcelona (IS-Global), el cierre........
© Diario de Avisos
