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Debate sobre el estado de la abstención (III)

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19.05.2025

Lo que comenzó siendo una arrojadura política provocada por la rabia que me dio -y me sigue dando- que el debate más importante en nuestro Parlamento sea tan enlatado, tan previsible y tan alejado del día a día de la mayoría de las canarias y los canarios, acabó siendo una trilogía. Aquí va la tercera parte.


En la primera parte, ahondamos en los motivos de esa premeditada y perfectamente diseñada lejanía entre instituciones y pueblo. En el segundo artículo, nos centramos en la ausencia de participación popular en el Estatuto de Autonomía, en todo lo que podría ser y por desgracia no es. De momento por supuesto, todo se andará. Es más, aunque no lo nombremos, ya el camino se está andando y es irreversible; guste más, guste menos.
Los procesos constituyentes no se decretan en lujosos salones, empiezan a nacer cuando se quiebran consensos sociales, y en Canarias el que llevaba vigente desde hace décadas en torno al monocultivo turístico se está resquebrajando. Nunca leerán ni un milímetro de derrotismo en estas líneas.


Imposible hablar de pueblo canario, de futuro, de territorio, de democracia, de participación, de modelo productivo, de servicios públicos, de índices de calidad de vida y de llegar a fin de mes sin hablar de la ley electoral. ¿Este tipo habla de elecciones sin estar en período electoral a pesar de la mala prensa que tienen? Sí, sí, hablo de elecciones. Por supuesto. Es más, como era de esperar, incluso la mala prensa que tienen es provocada y a los que manejan el cotarro en el archipiélago obviamente les interesa consolidar, expandir, aumentar hasta el infinito el descrédito social que tienen las dichosas elecciones y toda la parafernalia que las rodea.


En el contexto geopolítico en el que vivimos -que es geo pero también es político, no lo olvidemos- es absurdo pensar en cambios estructurales del modelo sin poder elaborar leyes, plasmarlas en el BOC e intentar que se cumplan. Y para llegar ahí, hay que participar y ganar elecciones. No hay otra. Bueno, sí hay otra, a unos cientos de kilómetros al este tenemos los interesantes procesos de empoderamiento y soberanía que se están viviendo en el Sahel, solo que hay una “sutil” diferencia: se están haciendo con fusiles en la mano. Obviamente, me refiero a que no hay otra en la realidad política y administrativa en la que nos encontramos. Y quien no perciba esto como un privilegio, quizás debería darle una vuelta.
Pero volvamos........

© Diario de Avisos