El mandatario interino de Siria, Ahmad al-Sharaa, firmó este jueves una Constitución temporal que deja al país bajo su régimen durante cinco años en una presunta fase de transición, tratando de imponer su poder sobre otros entes que ayudaron al grupo Hyat Tahrir al Sham o HTS a deponer al presidente Bashar al-Assad y ahora coinciden en implantar el terror contra afines a éste y a la etnia religiosa alawita, a la que pertenece.

Así, ahogaron en sangre un conato de sublevación de soldados del antiguo Ejército Árabe Sirio, tras lo cual se dedicaron a asesinar a indefensos civiles de la etnia alawita, en su mayoría mujeres y niños.

Más de 10 000 personas han huido al Líbano y unos 2 000 fueron acogidos en la zona donde Rusia tiene su base, en Tartous, en tanto la masacre continúa en otras partes de la nación, donde el actual régimen aupado por Estados Unidos no hace nada por sacar a las tropas israelíes que ya ocupan unos 500 kilómetros cuadrados de la nación árabe.

Aunque algunos se alegraron de que se pusiera fin al gobierno de al-Assad en el país devastado por la guerra propiciada por el imperialismo y el sionismo, con participación de más de 80 000 mercenarios, las minorías religiosas y étnicas se han mostrado escépticas ante los nuevos líderes islamicos y reacias a permitir que Damasco, bajo Al-Sharaa, imponga el control de sus zonas.

Abdulhamid Al-Awak, uno de los siete miembros de la comisión encargada de........

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