Bukele se deschava
Siempre pensé que un dirigente con tanto apoyo popular podría aprovecharlo para las causas justas, contra viento y marea, marcando el paso a seguir, pensando que aquellos que lo combatían se encontraban obnubilados, debido a esa misma aceptación que pudiera ocasionar cierta lógica y razonable envidia.
Y aunque algunos ya lo auguraban desde el principio, acertados o no, bastó nada más unos pocos días, con la llegada al poder de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, para que en una sucesión de hechos de difícil explicación, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, se deschavara y diera a conocer el lado malo -algunos le dicen oscuro- de su naturaleza.
El idilio con el trumpismo lo encendió al máximo el canciller norteamericano de lamentable origen cubano, Marco Rubio, quien lo calificó como un gran amigo de Estados Unidos con quien había llegado a un acuerdo sin precedentes de aceptar criminales de las cárceles norteamericanas para ubicarlos en la megacárcel de la nación centroamericana, símbolo de la lucha emprendida por el mandatario salvadoreño para atacar victoriosamente las consecuencias de la criminalidad, lo que le valió una enorme aceptación popular, que incluso ha llegado al 95%.
El idilio entre Bukele y Rubio quedó plasmado en una foto donde ambos están en un balcón con vistas a una extensa superficie de agua, tras lo cual el propio presidente salvadoreño especificó que pone a disposición para este fin el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), la polémica megacárcel de máxima seguridad, que tiene una capacidad para unos 40 000 presidiarios. Dijo que lo hará a cambio de una "tarifa" relativamente baja para Estados Unidos, pero "significativa" para hacer sostenible el sistema penitenciario de El........
© Cubasí
