Cumbre Trump-Putin 2025: La Guerra de los Símbolos
La alfombra roja se desplegó como una lengua interminable en la pista de la Base Conjunta Elmendorf-Richardson (JBER), allá en el lejano y congelado terreno de Alaska. Rozaba ya los pies de Vladímir Putin justo al descender en suelo estadounidense, por primera vez en una década.
Sobre él, sin dar tiempo, bombarderos furtivos B-2 y cazas F-35 surcaban el cielo de Anchorage, capital del estado —los mismos que pocas semanas atrás habían "destruido totalmente" los principales sitios nucleares iraníes. Un despliegue de poder bruto estadounidense montado para un hombre que no conoce el miedo.
Allá, a unos 80 metros, se encontraba el anfitrión, Donald Trump Jr., que, según la respetada publicación estadounidense The Atlantic, había luchado denodadamente durante semanas para lograr este encuentro, aunque "dejó claro" que el presidente ruso era quien más presión había ejercido para concretarlo.
Este era el cuadro surrealista del 15 de agosto de 2025, en el que se desarrolló la Cumbre Trump-Putin, más centrada en mensajes y movidas mediáticas que en lograr su tan publicitado objetivo: la paz en Ucrania. Un espectáculo donde los símbolos terminaron siendo lo principal, ante la ausencia de acuerdos.
La Sede
Alaska —comprada a Rusia por Estados Unidos en 1867— fue el escenario escogido por los estadounidenses. Sin duda, un ejemplo de territorio cedido pacíficamente por los eslavos, que podría hacer que Moscú viera con buenos ojos la posibilidad de ceder terreno ante Ucrania como parte de la negociación, uno de los propósitos de Trump y........
© Cubahora
