Por qué el ‘America first’ podría poner fin a la era del arbitraje
Donald Trump se ha propuesto traer de vuelta las fábricas a Estados Unidos. La política comercial America first del presidente pretende desmantelar la extensa red de cadenas de suministro internacionales que ha reconfigurado la economía mundial durante las últimas tres décadas y que, según él, ha vaciado la industria manufacturera de su país. Entre sus últimas medidas, destaca la amenaza a Apple con un arancel del 25% si no fabrica los iPhone en EE UU, y el aumento del impuesto sobre las importaciones de acero y aluminio hasta el 50%.
Sin embargo, la edad de oro de la globalización fue mucho más allá de la deslocalización de las manufacturas para explotar la mano de obra barata en el extranjero. La laboriosa construcción de un orden comercial mundial basado en el derecho internacional también fomentó un espectacular florecimiento del arbitraje fiscal, regulatorio y financiero. Si America first significa revertir la globalización también en estas otras dimensiones, las consecuencias para los inversores serán aún más trascendentales que la guerra comercial de Trump.
Empecemos por los impuestos. En las últimas décadas, las empresas de EE UU se han vuelto expertas en trasladar al extranjero las patentes, la propiedad intelectual y otros elementos valiosos de sus negocios. Brad Setser, del think tank Consejo de Relaciones Exteriores, ha demostrado que la reorganización fiscal es ahora tan flagrante que aparece en las estadísticas de la balanza de pagos de EE UU. En 2024, las multinacionales del país declararon unos beneficios de 300.000 millones de dólares en siete jurisdicciones con bajos impuestos: Bermudas, Islas Caimán, Irlanda, Luxemburgo, Países Bajos, Suiza y Singapur. Eso es seis veces más de lo que ganaron en siete de las mayores economías del mundo juntas.
Setser señala a los gigantes farmacéuticos como los más hábiles en el arbitraje. En 2022, ocho de las mayores........
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